domingo, 2 de diciembre de 2012

La inmolación del Toro

Un universo simbólico, La inmolación del Toro
Por Francisco Gallardo
Rapto de Europa. Escultura de Oscar Alvariño. Punta del Este, Uruguay

 Ningún espectáculo se nos presenta hoy en día con tanta presencia simbólica, ritual, ancestral y mitológica, casi fantástica como es la corrida de toros. Queremos en primer lugar agradecer el trabajo efectuado por el profesor Julian Pitt-Rivers, fundador de los estudios antropológico en la Universidad de Oxford y todo el equipo de científicos que profundizaron en el concepto sacrificial de la corrida en el Collége de Sociologie o al Musée de l´Homme de París.
Portada de la magnífica obra en torno al antropólogo Julián Pitt-Rivers

La confluencia del hombre y el toro como expresión de una necesidad espiritual que gira alrededor del sacrificio de este, data  desde los mismos orígenes de la sociedades humanas en el mediterráneo.
Fresco de la Creta Minoica

 El hecho transciende cuando pasa de ser animal de caza, ser animal utilitario, a acto cultural,  matar al toro deja de ser una necesidad. Es cuando “el mito se convierte en rito, el enfrentamiento en sacrificio y la amenaza externa, en gloria íntima”.
Estela de Clunia, algo más que una escena de caza


 Ya no es un trofeo ni un triunfo cinegético. Es una creación de la cultura humana. Un triunfo del hombre, en este aspecto el poliseísmo simbólico es muy amplio. Hoy hablaremos del concepto sacrificial humano, ya felizmente desaparecido.
Museo del templo Mayor México. Escena sacrificial
El toro simboliza la capacidad genésica de la naturaleza salvaje y destructora. Ya desde la mitología se atestigua de ello: en la creación de Europa, con un Zeus raptor o el sacrificio periódico de donceles y doncellas  que exigía el Minotauro.


Cabezas de toros, Museo de las Civilizaciones. Anatolia, Ankara


 Más tarde veremos su continuación en la leyenda de San Jorge y el Dragón, tan presente en la cultura mediterránea y catalana, o ¿no es San Jorge la reencarnación de un Teseo vencedor de la bestia y liberador de la princesa, proclamado por todos al matar  al Dragón que exigía la ofrenda diaria de una bella joven para poder existir la comunidad?


Teseo y el Minotauro
Algunos autores, ven en este símbolo, el sacrificio humano implícito en la corrida, la explicación a la aceptación tan rápida de elementos inexistentes en la América precolombina como era el toro, o la propia fiesta de toros, que acogieron como suya los indios del nuevo mundo, desde la rivera maya a las altiplanicies andinas.
Los pueblos precolombinos aceptaron la presencia del toro en sus tradiciones con asombrosa facilidad

Los sacrificios humanos habituales en la cultura de estos pueblos, recriminados por la Iglesia, confluyen en los inicios de los tiempos con el ritual que simboliza nuestra corrida de toros. Claro está, evolucionada, como evoluciona nuestra sociedad, pero podemos afirmar que presenciar una corrida de toros, es un viaje antropológico en la evolución del hombre.
Detente Abrahám. La Iglesia siempre ha estado en contra de los sacrificios humanos,  usuales en la antigüedad
Con la ayuda de la cultura y la evolución de los principios sociales, y con un papel muy destacado y condenatorio siempre de la iglesia, estos sacrificios y estas simbologías han desaparecido completamente de la sociedad y, de la corrida de toros, pero siempre quedan rastros, y desgraciadamente, la muerte del hombre existe en el rito, pero no tiene esta simbología, nunca mejor dicho gracias a Dios.

El valiente diestro Fernando Cruz, pagando el tributo de ser Torero
 Como nos expresa el profesor Pitt-Rivers, la sociedades modernas y científicas, urbanas,  -diríamos hoy- totalmente racionales, no quieren oír hablar de ritos, y menos de sacrificios,  los identificarán con sociedades arcaicas; pero ello nunca despejará el sentido trascendental, profundo e inesperados que  pueden tener nuestros actos. Muchas veces desconcertantes.
A ese desconcierto, totalmente inesperado, lo llamamos factor humano
 Tylor, promotor de la organización científica del trabajo, también pensaba así, la magia dejará sitio a la razón, el ritual a la moral y el caos a la disciplina y el orden; pero no siempre ocurre de esta manera.
Delirio rojo. Obra de Marissa Martínez
No todas nuestras expresiones pueden definirse en un orden científico. Muchas veces el arte, expresión humana y del conocimiento por excelencia, se escapa a esta simplificación. Le preguntaban a un matador que significaba su arte y este contestó que -si lo pudiera explicar con palabras iba a ponerse pronto delante de un toro-

El Toro es un símbolo totémico completamente arraigado en nuestra evolución y en nuestra cultura
Los símbolos son siempre polisémicos, existen muchas más acepciones a la inmolación del toro, como son los toros votivos, nupciales,  los ritos de iniciación o la importancia y simbiosis de este en el arte de la guerra,  pero  eso podrá ser otro día.

El autor en un esfuerzo contra el caos y contra el miedo. Foto de Daniel Herrera.