sábado, 24 de junio de 2017

Castillos de Arena

CASTILLOS DE ARENA

Por Paco Gallardo



Se hace necesario recapacitar sobre el falso ecologismo


No se repondrá la playa de la Malagueta en todo el verano tras la agresión de anoche, la más corta, la de San Juan. Serán los temporales de otoño si el levante con su fuerza lo permite quien la vuelva hacer respirar.

El maltrato sistemático a la naturaleza llega a su solsticio todos los años, también por estas fechas. Se nos hace necesario reflexionar sobre nuestros comportamientos tan  manipulables, tan adocenados y alineados que repetimos frase, exabruptos con un simple toque de dedo o rompemos una botella de cristal donde nuestros hijos harán Castillos de Arena.

A partir de mañana cuando el sol seque lo escatológico que no se llevará la mano del empleado de limpieza, las toallas depositadas para el baño desfiguradas al momento por el polvo del verano nos recordarán que tenemos mucho por hacer en educación y en defensa de la naturaleza. Es mucho más que conciertos de una noche de verano.

El falso ecologismo reinante es manipulado, distraído, y sobre todo burlado, a los que amamos al toro, nos pretende orientar y prevenir de nuestros caminos erráticos. Pero este movimiento verde, es "Como el toro burlado, como el toro"  que nos contaba el gran Miguel Hernández. Recapacitar y replantear los ¿porqué? y ¿cuales son los intereses? No habrá tiempo de hacerlo, antes sonará el móvil con un cambio de tercio.

Recapacitar, tomarse unos minutos, y como el toro  que ya no permite más lidia porque se ha despojado del "vendaval sonoro" que le impide ver y pensar, y así , distinguir entre las voces una. Permítanme  ya entre poetas.

Despojarse de la distracción que le arrojan del verdadero ecologismo y llevarlo a punta de capote hacia los problemas taurinos, que también los hay. Se está impidiendo el verdadero debate verde. El que no interesa a las empresas que nos suministran productos transgénicos y fabrican como latas animales manipulados genéticamente entre otras lindezas.

Curiosamente ya desde Roma las fiestas de la noche más corta del año  se dedicaban a la Diosa Fortuna, hoy debemos de reflexionar para que el futuro de estas generaciones no sea tan bello y sólido como un Castillo de Arena fabricado con restos de una bacanal.